Para amantes sin el frívolo medidor de años.
Treinta y tantos ella, cincuentón ya él,
en ellos, la deidad recrea en pareja
lo que con sorna la moral interés ve.
Quién dijo que lo que digo
no dijera,
quién en su necedad hizo obvia
su ceguera,
quién en quienes, alimentaron en mentiras,
auguraron con fervor desgracia en unión
claro, de unión ajena.
Hermosa letra en vasto libro,
así erais vistos.
Sin saber sé,
que una envidiable mezcla
es simiente para lelos
por su nefasta esperanza
claro, del fracaso ajeno.
Amaneciendo amanecéis
entrelazadas vuestras ramas
uniendo esos brotes
que la infamia negaba.
Nuevo tallo brota en cría
por códigos de grandeza
devastando las sombras
que en los demás crecía
Del libro Poemario de un ideario MAXI CAMPILLO PONS
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