NUNCA
La memoria y el olvido
se encontraron frente a frente
en la pupila del Limbo.
Un universo de espejos
no podía verse a si mismo.
Mi vida y mi muerte, a un tiempo,
daban voz a un sol herido
y, el silencio, piedra azul,
era un rojísimo grito.
Un grito, un grito inaudible,
como una copa hecha añicos
y la sed nunca saciada
del alma loca del vino.
El olvido y la memoria,
la memoria y el olvido
y este suicida que huye
por los ciegos laberintos
de la vida sin retorno,
como todo lo nacido.
JUAN CERVERA SANCHIS-México-
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