ELLA
A esa niña que solloza
por un amor que la hiere
quisiera yo regalarte
la luna en cuanto creciente.
Como la esperanza mía,
desborda mi pecho, y crece,
en las mareas del alma
donde la ilusión se mece.
Yo le daría a esa niña
el verdor de un valle verde,
y aroma de los naranjos
cuando el azahar los envuelve.
Las rosas de Alejandría,
y los pájaros silvestres.
Las rutilantes estrellas
de las regiones celestes.
¡Todo, todo la daría!
¡Por conseguir sus quereres!
Pero la niña idolatra
y espera al que nunca viene.
MERCEDES VIÑUELA-Pamplona-
No hay comentarios:
Publicar un comentario