CON LOS OJOS SECOS
Ser testigo…
seguir al corazón tras la mirada
e incorporar el sufrimiento
lenta,
largamente,
como un inmenso catéter
que alimenta al alma.
Contemplar…
con la palabra dormida en la garganta,
con las manos vacías de caricias,
con la mirada carente de piedad,
con la nada palpitando en las arterias.
Presenciar…
la agonía que derrumba al cuerpo,
el holocausto inútil del martirio,
el futuro de las usadas santidades
y vivir con ello,
sin que se pueda variar el derrotero
de la prefabricada historia que nos dieron.
Mirar…
seguir mirando con los ojos secos…
sin poder siquiera saber
cuándo los cerraremos.
Alberto Peyrano-Argentina-
Publicado en la revista Estrellas Poéticas
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