VOCES METÁLICAS
El sonido metálico que del salón me llega
resuena en mis oídos como una voz de alerta.
Intuyo que quien llama seguramente es ella,
y mi mano al tenderse sin desearlo tiembla.
¿Querrá ella disculparse al conocer mi pena?
Indeciso me hallo, dudo, y como respuesta,
dejo que el perentorio sonido sea condena...
Y el pertinaz repique, la voz de su conciencia.
Bien sé que estouy librando una batalla interna;
¡me hizo tanto daño! que perdonarla me afrenta.
Nunca habrá un armisticio en tan singular guerra,
porque tras el teléfono siempre se parapeta.
Yo sé que en el silencio puedo morir de pena,
pero dejo que suene... que se agote su paciencia,
nunca seré yo en sus manos la triste marioneta
que suplique su amor en tan burda comedia.
MERCEDES VIÑUELA-Pamplona-
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