Te sigo recordando José Ramón.
COMPRENDER EL MAR
El mar no se comprende; al mar se le ama,
al mar se le siente: blanco, azul, verde esmeralda,
clavado, intenso, como unas espina dentro del alma.
Bajo las nubes, bajo los cielos plomizos o celestes,
bajo las grises gasas; el mar es uno mismo diluido,
filtrado, líquido y salado, roto de espumas blancas.
El mar es sirena que nada silenciosa, profunda,
en las aguas frías, en noches de luna clara.
El mar es como el misterio, que mueve sin ruidos
las verdes, grises, rojas plantas oscuras de algas.
El mar es como el recuerdo, de aquel lejano poema,
perdido en la memoria de nuestra perdida infancia...
Para comprenderlo tendrías: que ser gaviota, brisa,
marea, corriente azul, albatros de grandes alas.
...y vivirlo... intensamente... amándolo con amor,
de mariposa que perdida, vuela con alas blancas...
sobre las suaves, profundas, inmensas, mansas olas
azules, celestes, claras, verdes, oscuras y esmeraldas.
Y sentir que es tu vida, la vida que el mar guarda,
en los profundos abismos, de corales, caracolas,
rocas y cuevas, peces, delfines y tritones, y muchas
misteriosas y grandes plantas. Bosques de piedras,
carcomidas,
buquesv y ciudades hundidas... de antiguas razas.
El mar es la mar salada; claridad del marino, vida
como yo te digo, con las olas que amando el mar:
solo deseas, que el sol caliente tu espalda.
JOSÉ RAMÓN PORTILLO
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