sábado, 28 de enero de 2012
ARTÍCULO
Las prisas cotidianas
Ejercito mis dudas. ¿Nadie se ha fijado que cada día que pasa la gente camina por las calles con más prisa? ¿qué cada día que pasa las personas van pareciéndose más a las máquinas, que se alejan unas de otras? Quizá el “progreso” sea eso: transformación del sosiego en prisa, y pérdida de la propia humanidad.
Es curioso. Se dice continuamente que cada vez se tiene más tiempo libre para disfrutar; y cada día, en cambio, corremos más, hacemos las cosas más rápido para tener más tiempo para nosotros. Pero ¿tiempo para qué? ¿para ver la televisión? ¿para poder hacer horas extras para poder comprar otro automóvil al año de haber adquirido otro? ¿para seguir yendo a los sitios con prisa, para seguir “ahorrando” tiempo?
Sigo ejercitando mis dudas. En este mundo que nos está tocando vivir, basado en ese lema de la “competitividad”, “perder” el tiempo parece que es sinónimo de vagancia, insolidaridad o estupidez, cuando “perderse” es la mejor forma de encontrarse.
Publicado por Francisco J. Segovia-Granada-
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