Mascaron de proa,
letargo en la nada,
sutil travesía
por mares inciertos,
donde sin descanso
oprobiosos golpes
lastiman su cuerpo
Sobre sus espaldas
pende la agonía
de días sin horas.
Quizás la marea
se apiade y lo guié
a playas lejanas
que acunen su pena……
Después:
el descanso……….
Pero por las noches
cuando la vigilia
asome al recuerdo
y el cielo despliegue
sus luces y sombras,
esperará en vano
a un barco sin rumbo
¡ Que perdió el amor
y no se dió cuento!
Lydia Raquel Pistagnesi -Argentina-
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