SONETO DE LA BUENA MUERTE
I
Un tibio amanecer en primavera,
otra mano en tu mano en la oportuna
ocasión de una noche sin más luna,
reviviendo en la sombra una quimera,
darle fin en la página postrera
al íntimo soneto en que se acuna
con plenitud de goce la fortuna
tras el punto final de larga espera,
percibir que en la angustia de un adiós
se aquieta el corazón con esa voz,
ver caer en los dados de la suerte
la lágrima que brilla ante el candil
amante…así sería entre las mil
lo que fuera tal vez la buena muerte.
Lorenzo Súarez Crespo. Cuba
Publicado en la revista Oriflama
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