Reflexión
Mas allá del horizonte donde la esperanza no existe y la memoria nos acosa, existe un ser capas de explicarnos el porque giran los planetas y las experiencias se repiten a lo largo de los siglos.
Es el mismo que baraja los naipes y nos entrega siete a cada uno de nosotros.
Siete son los caminos a seguir, con ellos forjamos nuestro destino y cincelamos nuestra vida.
Somos los únicos alfareros de nuestros triunfos y fracasos. Nadie nos empuja al precipicio ni nos regala la felicidad.
Caminantes de lo incierto, el sufrimiento nos purifica o nos separa de la realidad, somos capaces de amar hasta el delirio u odiar hasta la locura, para caer sin quererlo en el oscuro hueco de la indiferencia.
En ese brevísimo instante, cuando ese fondo nos alcanza, tenemos la energía para mirar hacia la tenue luz que asoma desde un exilio de oscuridades.
Entonces comprendemos la importancia de regalar una caricia, a esa lágrima que escapa desde el vórtice del misterio y se acerca a nosotros mendigando una sonrisa.
LYDIA RAQUEL PISTAGNESI -Argentina-
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