lunes, 7 de noviembre de 2011

POEMA



NOGUEIRA DE RAMUI

Caía la lluvia sobre los castaños
y sobre las viejas piedras del convento.
Abajo, invisible a mis ojos, dos ríos
se unían en un fuerte abrazo.

En los claustros los charcos
reflejaban viejas imágenes
que siguen latentes en el aire
desde hace mucho tiempo.

Me salpican unas gotas
y el frío me hiela el rostro
mientras me pierdo en el castañar
que me lleva hasta el Miño y el Sil.

Sé que están bajo mis pies
pero no los veo aunque los siento
en mis oídos en toda su intensidad
y me entristece no humedecer
mi casa en sus aguas.

En la puerta de la vieja iglesia
ramos de flores adornan pétreas tumbas
mientras una cruz de piedra
señala que estamos en lugar santo.

Suena un cante flamenco
en medio del chaparrón
y ya no importa que llueva
porque sólo hay oídos para el cante.

JOSÉ LUIS RUBIO

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