Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito.
Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.
No prometas nada cuando te sientas eufórico; no respondas una carta cuando te sientas iracundo.
La gente se arregla todos los días el cabello, ¿por qué no el corazón?
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