UN PÉTALO
Que era únicamente
un diminuto pétalo;
que no era más que un pétalo,
un pétalo perdido,
entre el ir y venir,
a caprichos del viento.
Que era sólo un pétalo,
un pétalo de nardo
con vocación de cielo.
HAIKU
En el tejado
conversan con la lluvia
los jaramagos.
SED
Aquella tarde roja,
de aquel rojo verano
allá en la Andalucía
de mi infancia,
yo me moría de sed.
Un gajo de naranja,
por la gracia de Dios
y el naranjal,
dulcificó mi lengua
y transformó en azúcar
celestísima
el rojo del verano
y aquella roja tarde
que nunca olvidaré.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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