domingo, 16 de octubre de 2011
POEMA
ROTA
Siempre que voy a Rota
visito su sencillo puerto,
donde descansan las barcas
adormecidas por las olas.
La brisa marina juega
con mis cabellos, sin tiento.
Ganas me dan de lanzarme
a las aguas y perderme
en la nívea espuma
hasta encerrar entre mis brazos
a la brisa juguetona.
Pero, no, no voy a nadar.
Me quedaré quieto, muy quieto,
dejándola golpear mis mejillas
hasta que mis ojos rebosen de azul.
Después poseído de mar y cielo
sentiré intensamente el encanto
que emana de casas y monumentos.
En el castillo de Luna
todavía no juega la luna.
Están cerradas todas las puertas
y no puedo subir a las almenas.
En la Iglesia de la O
alguien suspira de amor
por este pueblo de Rota
que vive sobre un volcán.
Pero, no, no entrará en erupción.
Esta tarde de primavera
sólo la brisa jugará con mis cabellos.
JOSÉ LUIS RUBIO
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