A JIMENABajo un sol de rigor,
húmedo el cuerpo y la ropa,
húmeda la ropa y el cuerpo,
cuesta a cuesta,
alcancé las altas almenas,
toqué con las manos el cielo,
soñé con batallas sin fin.
A mis pies cansados,
Jimena,
me da la espalda,
y se va con el río
buscando el ferrocarril.
No me dejes,
no me dejes aquí arriba,
Jimena,
quédate,
quédate conmigo,
olvídate de otras tierras,
olvídate,
y bésame las sudadas mejillas.
Sube,
Jimena,
sube,
a jugar conmigo
entre las viejas piedras
o acompáñame a rezar
una sencilla oración a tus fantasmas.
JOSÉ LUIS RUBIO
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