GATA MUJER
Que tú fuiste mujer,
¡oh gata mía!,
y yo, tu gato, hombre
en aquella otra vida
que alguna vez tuvimos.
Que tuvimos, mi gata,
como mujer y hombre,
dulciamargos encuentros
y todo eso que tienen
las mujeres, los hombres
en sus inciertas vidas,
que la vida es incierta;
que el vuelo de una mosca
dura más que una vida;
que un ratón es un tierno
bocado...¿y nada más?
Yo sé, o creo saber, gata mía,
que tú y yo somos piel
de luna, nube y sueño,
que gata y gato somos;
maullido, ronroneo, misterio.
Que tú, que tú, que tú fuiste mujer.
Mujer, mujer, mujer, ¡oh gata mía!,
y hombre fui yo, fui hombre
y ahora somos:
Tú, gata. Yo, gato,
pero antes, muy antes,
fuimos lo que ya fuimos.
¿Mañana? Mañana qué sé yo,
qué sé yo, qué sé yo lo que seremos.
GATERÍAS
Perito en gaterías
fue el gato aquel que fui.
Gato que sabía todo
de los gatos
y nunca supo nada
de las gatas,
por lo que las amó
como se ama
desde la tierna y crédula
ignorancia gatuna.
No se te ocurra, no,
echarlo en saco roto.
Recuerda que yo soy
el gran gato esperanza,
el verde gato amigo
de los trigales verdes,
anuncio de la harina
más harina
y del pan más y más
y más pan. No lo olvides.
Gaterías en cadena
y desencadenas bellamente.
Sal gato, azúcar gato
y gato aquí y ahora.
Música y verbo gato
y hermosa gata noche,
tú, mi gata,
por quien respiro y canto
enamoradamente a todo gato.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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