ÚNICAMENTE
Únicamente Dios se atrevería
y podría ponerle los alegres
y locos cascabeles al gato.
No lo olvides mi gata,
te lo dice tu gato,
tu gato callejero
que sabe tanto y tanto,
y algo más, de los pasos perdidos
y flota, vuela y sueña
en niños desvaríos cascabeleros.
Únicamente Dios y nadie más
se atrevería y podría, mi gata,
ser tu gato.
Únicamente Dios y yo,
que me transformo en Dios
cuado arañas mi alma
con tus uñas de seda enamorada.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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