2509
Ni ayer me digas ni mañana clames,
que es hoy donde me tienes y te tengo;
la voz que aspiras y la piel que lames,
cuando vienes conmigo, o en ti vengo.
Se ha detenido el mundo, o se ha esfumado;
sólo este amante sobre ti clavado.
2510
Apoyando los ojos a la vera
de tu sensualidad, iré esperando
que se alce el velo y se abra la frontera
para acercarme a tu botón de mando.
Percibiré tu súplica a la espera,
y mi requerimiento se irá alzando.
Al tacto cederán su acción los ojos,
liberándose todos los cerrojos.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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