Liberaré al amor
He descendido al solitario foso
donde yace el amor encadenado;
y me he visto a mí mismo, alborozado
y abatido a la vez, manso y furioso.
Anhelante de tacto, minucioso
explorador del atlas encrespado
de la femineidad, soy el arado
pretendiendo labrar campo arcilloso.
Mi cosecha es de viento y polvareda.
¿En qué derrota mi ansiedad se enreda,
que mi arrojo no alcanza su corona?
Liberaré al amor de sus prisiones;
tal vez se restablezcan mis opciones
de amante que de nuevo se ilusiona.
Temor
Mi instinto habrá de amarte, o mi cabeza,
o este núcleo que gira en torbellino,
saltando de lo humano a lo divino,
de lo frenético a la gentileza.
Dramática inquietud, mas no certeza,
será mi galardón, que tal camino
no siempre aboca a lago cristalino,
sino que en roca súbita tropieza.
Este amor, como tantos, inseguro,
podrá abrir puertas, levantar un muro,
forzar el puño o extender la mano.
No sé qué alcanzaré, cuándo ni cómo.
Temo que si a tu espíritu me asomo
más que galán me besarás hermano.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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