LA CALLE DE MI CASA
Calle de casas bajas y de vidas humildes.
La calle de mi casa es alegre y es triste.
En su corriente fácil como una senda simple
se han fijado las anclas de un andar imposible.
Humanizada de humos, techada de horizontes,
guarda el aspecto grave de las viviendas pobres.
No hay en ella la mancha de opulencias innobles
y su humildad austera yergue los sinsabores.
En esta calle íntima, plasma humano paisaje:
en los domingos lentos cantan los emigrantes
en las tiendas de vino que hay en sus bocacalles
y el acento nostálgico tiene un eco sangrante.
Calle que ama la gloria infantil de los cantos
debe guardar un tierno candor esperanzado.
Por eso e4n los domingos su callar casi humano
tiene algo de madre, de dolor y de campo...
La calle de mi casa es ya un carril antiguo,
pues es rampa que baja de cielos de domingos.
En su cauce fantástico, ideal, casi líquido,
anclaron para siempre, barcas del caserío...
Del libro Álamos en el agua de PEDRO BARBÉ AGUIRRE
San Nicolás de los Arroyos -Argentina-
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