2471
Te amo tanto, quizá, por no tenerte;
no te amara, tal vez, si fueras mía.
Qué triste, en realidad, es nuestra suerte,
oscilando entre fuga y agonía.
2472
No conocí el amor hasta muy tarde,
cuando apenas hay luz en el ocaso.
Ah, pero vino al fin, y brilla, y arde,
y no me quejo ya de su retraso.
2473
Ni sabía de ti, ni tú quién soy,
fue la casualidad que a ti me trajo,
mas por mi voluntad contigo voy.
Yo escogí, no el azar, con quién encajo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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