Aquí conmigo y sin ti.
Como un juego empezó nuestro idilio de amor.
Nos prometimos amor eterno.
Hoy eres la sombra que me acompaña, junto a las noches que llenan este vacío.
Tu partida es el abismo que marco mi destino.
Aquí conmigo, en la distancia junto a mis ansias, recordando la miel de tus besos, el calor de tu cuerpo.
Aquí conmigo, sin mucho que dar, sin sueños que regalar, sola me encuentro entre sonrisas apagadas, navegando entre mis lágrimas.
Recuerdo
Fue una noche de luna llena en que te pedí que no te fueras, te supliqué te quedes junto a mí.
Quizás era que mi alma tenía miedo, miedo a perderte.
Desde tu partida son frías mis noches, no ha vuelto a salir el sol, ya no tengo alegría, tan solo llanto y dolor existe en mi corazón.
Dios eligió nuestros caminos, hoy nuestro destino es estar separados, ya que tu estás en su regazo pero segura estoy que tus recuerdos me ayudarán a vivir, hasta el momento que no volvamos a encontrar. Por ello seguiré cantando aquellas melodías que juntos escuchamos, música de amor prohibido el amor que tú y yo vivimos.
Como quisiera entregarme como lo hice la primera vez.
Recuerdo como mi piel se estremecia con el contacto de la piel de aquel ser que dios separo de mí.
Hoy ya no tengo el calor de aquel amor.
Por ello vivo mis emociones aunque ya no sienta pasión, ya que sin el amor no soy nada, solo soy una hoja que lleva el viento.
Soy ave errante sin nido en donde cobijarme en este invierno frio.
Te marchaste, llevándote contigo mis alegrías, las ansias de vivir mi vida.
Hoy los veranos ya no tienen el calor de tu mirar cuando me seduciste, como solo lo sabe hacer el mar a la arena.
Como las estrellas que besan al cielo, tiempo y distancia separaron nuestros atardeceres.
No se quien eres cuando la noche cae y como un fantasma danzas en mi interior.
Será tal vez porque eres el hombre que tanto amo con loco delirio cuando se ama la primera vez.
Soy alondra prisionera de amores prohibidos que no he vivido.
Me enamoré a mis dulce doce años, desde entonces el destino me ha llevado por el camino de la tristeza, amargura, llanto y dolor.
Mi corazón solo conoce desolación, por ello mi alma clama a Dios por un día ser flor que crece y florece sin temerle al tiempo o la distancia, por ser luz y luna de estrella fugaz que tan solo quiere amar.
Dulce amor, hoy ante tu tumba me pregunto
¿Por qué, por qué el destino te separo de mí?
Desde tu partida he quedado sola, triste y vacía, porque nuestros sueños se desvanecieron.
Ya no contemplaremos aquel verano en donde al fin a tu lado iba estar,
abrazados en aquella pequeña cabaña de Piqueros.
En donde hablaríamos del único lenguaje que conocemos, el de besos, cariacias, ternura fuego y pasión.
Sería nuestra entrega no solo el temblor de nuestros cuerpos sino el de nuestras almas por este bello amor que nació entre los dos.
Pero que ironía todo es lejania, porque estoy igual que tú, muerta, muerta en vida desde tu partida.
GLADYS MARISOL LEÓN SUÁREZ
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