LA MUERTE
La muerte, Amor, la muerte nos espera
a la inocente vuelta de la esquina.
Todo, sin duda, Amor, nos encamina
hacia la muerte, siempre tan certera.
La muerte es la verdad más verdadera,
la verdad más verdad y diamantina.
La muerte, tan tajante y sibilina,
que todo cuanto toca lo incinera.
La muerte, Amor, la muerte inevitable
por más que beso a beso, en sed de olvido,
intentemos negarla cada día.
La muerte sigilosa e insondable,
en donde todo el tiempo, recogido,
convierte en realidad la fantasía.
HAGAS LO QUE HAGAS
Hagas lo que hagas, no
podrás evitar que un día
se pare tu corazón.
Tú que te creías eterno
como un dios,
sabes que realmente eres
una efímera ilusión.
Que los dioses son efímeros,
como es efímero el sol
y los días y las noches
y el canto y el ruiseñor.
¿Sabes? ¿Realmente sabes?
Perdido en el que sé yo
y en el yo que sé perdido
y sin el sí eres el no.
Que yo no sé. Si tú sabes...
Dime, amor,
dime amor, si es que tu sabes,
el por qué de esta ilusión,
el por qué y el para qué.
Dime, dime, dime amor.
Amor, dime, dime, dime.
Hagas lo que hagas, no
podrás evitar que un día
se pare tu corazón.
JUAN CERVERA SANCHIS
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