ANHELO
Quisiera ser mariposa
y la flor del embeleso
y ser como una luciérnaga
que no habita el universo.
Y tender alas al viento
y rozar el infinito
y ver posarse el rocío
en las mañanas de invierno
y hacer caricias al viento
y escuchar la mar por dentro.
Al equinoccio de otoño
cubrir las flores de besos
y acariciar a las nubes
cuando rozan con los techos.
Y ver los atardeceres
con los ojos de los ciegos,
pues ellos llevan guardadas
las figuras de lo inmenso,
o mirar de otra manera
con ojos del pensamiento.
Escudriñar a las almas,
conocer su mundo interno
y mimar a los instintos
de los que gozan por dentro.
Y ser una con la luna
y pisar el firmamento
y ver de cerca una estrella
para comprobar que es cierto
que cinco puntos dibujan
las figuras de sus cuerpos.
Carmen Locay de García
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