Lo importante es el amor.
Para que veas que te amo, redactaré un documento que firmaré ante Notario
que dará fe de ello, y que luego yo rubricaré con los dedos de una mano,
y con la otra mis lágrimas secaré con un pañuelo, para que no manchen el papel
en el que también habrá firmado él, como Notario que es.
Yo, fulanito de tal, de profesión ingeniero y con mis capacidades mentales
totalmente alteradas y mermadas por el desamor que esta mujer me da:
Dejo escrito y asumo, que: autorizo a esta mujer por la que suspiro y muero
a que: me insulte, pegue y maltrate, burle y escupa a la cara también, me robe y engañe,
tenga cuantos amantes desee, y amigos de los llamados de roce o vaivén,
y alguna novia entre medio para que pueda alternar el placer,
y aburrirse no se aburra, aun antes y después.
Y, que cuando yo con amor la miré, ella a mi mirar, con torvo mirar responda,
me de fehacientes muestras de rechazo, vitupere, y a otros hombres
en mi presencia mire con lasciva mirada, y que a mi nunca me miró así;
y a otros muchos también, para así dolerme a mí, que soy quien por su denostar sufrí.
Y así, como un mendigo ve a la gente pasar ante él, que lo miran sin ver
no váyanse a contaminar con la mugre de su cara, pies y manos también,
sus ojos legañosos, y los “hilos”de saliva que por las comisuras de su boca, brotan:
Así me has de ver tú, mujer, por la que suspiro y muero, lloro y humillo,
por no poderte tener como hombre a mujer; y, que cuando tú así me veas,
más bajo ya no podré estar, y me llegará el subir, y así, me liberaré de ti,
de tu desamor por mí.
Salta. A mí mismo me diré,
pues al fin claro veré
que el amor es respeto,
consideración y afecto.
Autor: Julio Guzmán Sanchis
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