¿SÓLO UNA VEZ?
¿Una vez y sólo una vez morimos?
¿Se vive sólo una vez?
Todo lo que nace muere
y al morir vuelve a nacer.
Esos niños, sí, esos niños
fueron ancianos ayer.
HOMBRE DE LIRIOS BLANCOS
Hombre de lirios blancos y auríferos jilgueros,
memoria de colores y venas musicales.
Hombre pastor de nubes y de pavos reales,
de anises y diciembres y mágicos eneros.
Hombre de espesos bosques y vientos carpinteros,
de yerbas olorosas y químicas señales.
Hombre de campanarios y leves catedrales
y espíritu de verdes y líricos tinteros.
Hombre de alondras niñas y jóvenes laureles,
que sabiendo el camino vivió mil extravíos
y novio de la rosa casose con la higuera.
Hombre que tuvo otoños entre oblicuos biseles
y habitó desolado rojísimos estíos
inclinado de invierno y en pie de primavera.
HABLO CON MIS AMIGOS
Hablo con mis amigos,
¿qué mierda está pasando?
Mis amigos, más pobres cada día,
andan todos colgados y pendientes
del siempre frágil hilo
de la afilada espada de Damocles.
Mis amigos se quejan y se quejan
y no falta entre ellos el que habla de suicidio.
Lo terrible es que uno, al pie del precipicio,
no ve manera alguna de ayudarles.
La cosa está de bala en la cabeza
y putísima madre ante tanto terror,
que ahí están los señores terroristas
en sus seguras oficinas jugando con las leyes.
Ahí están rodeados de fieros guardaespaldas,
por lo que día con día resulta más difícil
seguir sobreviviendo para aquellos que aún creen
en el trabajo limpio y en la honradez sin cuento.
Encontrar un trabajo está más que imposible.
Crecen los pobres, crecen, crecen y crecen.
Son ya una amarga y dolorosa plaga.
¿Qué mierda está pasando?
Está pasando, sí, que cada vez los ricos,
que cada vez son menos, son a la vez más ricos.
Los bancos nunca pierden. Nunca, nunca.
Hablo con mis amigos, habla y hablo
y no vemos por dónde,
y menos para cuándo, esto podrá cambiar.
Sin apenas un sorbo de esperanza
nos morimos de sed y se desata,
el aire huele a muerte, la violencia sin freno
ante tanta injusticia, porque es la injusticia
y sólo la injusticia la causa de esta triste
y brutal realidad que nos acosa.
Hablo con mis amigos, hablo y hablo,
¡ah desesperación desesperada!,
mientras que me pregunto cegado por la rabia:
¿Qué mierda está pasando?
HILOS
Hilo blanco, hilo verde,
hilo negro, hilo amarillo.
Me acuerdo del hilo rojo.
Tengo memoria del hilo,
una amorosa memoria
de todos aquellos hilos
con que tú
bordabas mis apellidos
y mi nombre en mis pañuelos
con tanto y tanto cariño.
Ya nadie borda pañuelos,
y menos para sus hijos,
ya no hay madres como tú.
Este mundo anda perdido.
No tiene madre este mundo,
huérfano y descolorido.
Este mundo sin agujas,
sin dedales y sin hilos.
Este pobre y triste mundo,
tan guiñapo y descosido.
UNA FUERZA
Sí, siento
que hay una fuerza oculta,
siento que hay un poder
que destruye y construye
al mismo tiempo.
No hay nada terminado,
todo está en construcción
y en destrucción constante,
parece una locura,
la acción
de un loco incontrolable.
¿Acaso la Creación,
en su totalidad,
no es otra cosa
que la obra de un demente?
No lo sé, la verdad no lo sé,
pero lo siento, créeme que lo siento,
siento esa fuerza oculta
y siento ese poder
que juega con nosotros,
que mueve a cuanto existe
y nos lleva y nos trae,
y nos trae y nos lleva
a su capricho,
una vez y otra vez,
a no sabemos dónde
y por qué y para qué.
JUAN CERVERA SANCHIS
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