Nadie: Libertad.
Si libre quieres tú ser,
Nadie deberás de ser
pues ser Alguien es también,
ser un maniatado de El Poder.
Como un león montaraz vivirás,
por ser Nadie como es él
y en perseguido de El Poder
tú te convertirás.
Y, en una cárcel
pudieras tú acabar,
como un león enjaulado
y qué aunque enjaulado está
no por eso es menos libre
que cuando no lo está.
Tú verás lo que elegir,
o ser Nadie como el león
o ser Alguien como yo
que con mis barrotes voy
y esclavo soy de El Poder.
Cuentos de amor.
Seguro que hoy podremos comer paella,
paella hecha con leña: con sus verduras,
su pollo y su conejo, y caracoles de monte.
Antes nos comeremos cuatro gambas y dos cigalas,
y también nos beberemos una cerveza bien fría.
Para postre delicioso flan de huevo
y terminar terminaremos, con un café o ristretto.
Luego de ropa nos aligeraremos; tú primero
y yo después, pues lo bello es lo primero
y lo menos bello luego; y así,
una escena de sofá tendremos.
Besos largos y espaciados, húmedos y oliendo
a rosas, qué es como el amor huele.
Abrazos y chupetones, caricias y posiciones
y correr por los caminos, como sólo en el amor
se corre.
Y, un sueño medio despiertos
abrazados y contentos, y para terminar
dos cuentos que a mi amada yo le cuento,
dos cuentos que yo me invento,
mientras sus ojos cierra, imaginando conmigo
los cuentos que yo le cuento,
cuentos que nuestros corazones cierran
desde fuera para dentro.
Julio Guzmán Sanchis.
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