LA UTOPÌA MILITANTE .
Te saludo vieja de las casas verdes
y de las esperas efectivas .
En los hùspedes de un tiempo
yacen las gorras para soportar .
Tengo aùn canción y colchòn comunal
y provisorias sonrisas para los míos .
Para los mejores sin humillación.
Me subo a la enredadera loca
para una revolución sin permiso
donde los còmplices de la desolación
nos abanicamos las jornadas .
Imprescindibles los caminos que rastreamos
al final del árbol conocido .
No tocar los ganglios de las rosas
ni los embarques de granos
donde los pàjaros hacen un festìn.
Bocas de un prestigio insurrecto
nos hermanan en simulacros para repartir .
A pesar de los huesos duros
hay un paìs que despierta
en las acacias maternas
para aplicar la respiración que convenga .
Vieja de los ojos que hace ramos
te debo una oración peregrina
y una unción de mieles perfectas .
Abandonemos otra vez las prolijidades
y pasemos al horóscopo que no olvida
una eternidad de papel
o una trenza en la vìa làctea.
ALFREDO ARIEL CARRIÓ DE LA VANDERA -Argentina-
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