martes, 15 de enero de 2019

ESTE DULCE LOCO QUE ME HABITA


Me habla de Xiletzas y de paralelos infinitos
de noches con tres lunas y de auroras doradas,
de peces que respiran en el aire con sus alas azules,
de snobriss y de silencios sabios, me hace sonreír.

Me habla de los eones como si fueran sencillas fichas
en un tablero pequeñito, de las galaxias como si
estuviesen todas en la palma de su mano, como si nada,
y conoce los dragones, los dinosaurios, las estrellas de mar.

Entonces me lleva en un paseo por el aire y es gratis
y hace que se despliegue el cielo a la mitad, como si fuera
un pedazo de seda, la voz es más nítida en las esferas,
la voz de la tierra es muy tierna y hay grillos de luz.

Pero este dulce loco que me habita, conoce más que todo lo que sale en la red, se salta los espacios cuánticos como si fueran bolitas de papel, y me cuenta que vino desde el sol, entonces sonrío, y dice que hace frío, que volverá a venir.

Conoce la historia mejor que una enciclopedia, me cuenta
de gigantes y de imperios que no están escritos
de fórmulas que pronto se han de escribir, de ribometría,
de jades que agonizan, de piedras que nos miran, de máscaras postmodern, de cuevas bajo el agua y del Amor.

Y no lo puedo ver pero está aquí, hablando lo que escribo,
su corazón es verbo y sus ojos también y su mano de fuego, nunca se ha quedado callado, dice que hay mundos subterráneos, que hay ángeles en el perfume de las flores,
que los pensamientos tienen formas y que el agua tiene
un alma de cristal.

Y viene con caricias invisibles, con un traje incoloro,
con una mirada penetrante y sin cuerpo y entra y está aquí.
¡Ah! ¡este dulce loco que me habita! me hace sentir feliz,
de noche se acurruca en mis sueños y de día se levanta
en mi piel para seguir contándome lo que se ha escrito
sobre el destino del hombre, como con una pluma borra lo que no es bueno, me enseña a corregir el dolor de las piedras y a valorar el hoy,
está presente en todo y a todo nombra y llama, estrella a la estrella y cada estrella le responde muy bien.
¡Oh! ¡este dulce loco que me habita!,
me hace sentir feliz.

Nora Uria Castro


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