CANSADA DE HACER OÍDOS SORDOS

Cansada de hacer oídos sordos a la
razón, se armó de valor y decidió
hacerle frente a la resignación.

Decidió quererse un poquito y
sacando valor de un corazón marchito,
provista solo del miedo y la
incertidumbre plantó cara a la mordaz
y falsa única opción.

No fue fácil driblar cada socavón,
cada peldaño era una batalla contra
el mundo, contra las normas arraigadas,
contra el ataque masivo de lúgubres
miradas...

A pesar de lo abrupto del camino
descubrió que cada escalón consumido
era un soplo de sosiego que erizaba su
piel y la alejaba del infierno...

Y llegó un día en el que le apeteció
ponerse guapa, y entendió que
quererse era una obligación,
y los nombres propios es posible cambiarlos,
porque la opción siempre está y
Dolores cambió su nombre por Libertad.

Francisco Piñero.