A ti te miento menos y; es casual,
le dijo un embustero a su colega
advirtiéndole ¡Sí me paso alega!
Con otro cuchicheo más textual.
El colega notó su ya inusual
forma de mentir tan burda y tan ciega,
que avergonzado quiso dar entrega
con un final de engaño espiritual.
Si mientes mal se nota por tus cejas,
dijo raudo el colega al embustero,
y tú; al mentir se unen tus orejas.
Son las que mueves y vemos primero,
replicó el embustero con sus quejas
dibujando otro amaño no certero.
Emilio Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario