miércoles, 21 de marzo de 2018

ANCLADA MI GOLETA EN TU PUERTO


Estas noches de luna clara
cuando mis ojos bandoleros
entran por tu ventana y abordan tu cama;
capitulan ante esos dos luceros que custodian tu belleza...

Espiga dorada de cimbreante talle...
y negro cabello... dulce y dócil,
de mirar sereno y penetrante,
caí deslumbrado y rendido en aquellos instantes...

¡Pobre de mí! intrépido bucanero; pobre de mis armas;
pobre mi goleta... con sus blancas velas...
que se ponen a tope cuando la brisa caribeña,
las sopla y las despliega...

Pero yo pobre de mí... que me creí un feroz pirata...
y un bravo marinero...
fui vencido en la primera batalla
y de tus mazmorras sin rejas un feliz prisionero...

Desde esos instantes quedó anclada
mi goleta en tu puerto... como buen velero,
ya sin capitán y sin marinero...
pues ya tu cuerpo es mi dulce cárcel y tus ojos mis carceleros.

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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