miércoles, 20 de marzo de 2019

EL REGALO DE LOS DÍAS


Pasan los días sin prisa,
cada vez más uniformes
y a la vez tan diferentes.
El cielo siempre es azul,
la tierra su manto verde,
acostumbra a regalarme,
algunas frescas mañanas
de marzo, serio y alegre
Las golondrinas llegando
al torcer la esquina mayo.
Y las uvas ya  maduran
al decir adiós septiembre.
En enero y en febrero,
se suceden las heladas.
Pero en mi corazón,
joven y muy despierto
con la ilusión contenida,
anhelo y espero día a día,
esos cambios naturales.
De los días que sin prisa,
van pasando ante mis ojos
con hermosísimos regalos.
Unas gotas de fina lluvia,
el verdor de un camino,
unos copos de blanca nieve,
descendiendo lentamente.
Una flor que me desvela
su color aún oculto.
!Benditos días sin prisa!,
Sucediéndose uno a uno,
para que yo los disfrute.
Deliciosos días azules
que se cruzan y se olvidan
en cotidiana mansedumbre
de esos días infinitos,
con las horas programadas,
los ánimos apaciguados
y las ilusiones a la espera,
agazapadas silenciosas.
Como los tesoros infantiles
en bolsillos olvidados.
Ahí están siempre. ¡Siempre!
Para que yo los recoja.
Les dé vida.Y en ellos viva.
Ese regalo de todos los días...

MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-

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