miércoles, 20 de marzo de 2019

DOLOR DE AUSENCIA


Aquella tarde todo se hizo triste,
el sol se ocultó detrás de una densa nube gris,
el viento comenzó a soplar en otra vuelta,
las multicolores mariposas volaron a otra huerta,
los árboles adormecieron su follaje
y las aves se recogieron en sus nidos,
callaron su encantador trinar
creyendo que ya había anochecido,
los grillos cesaron sus risas y algarabías...
fue el tiempo el testigo de mi amarga tristeza,
que fue tanta y tan grande que cundió,
el ánimo del cielo, paisaje y tierra,
las flores silvestres que escogí para el encuentro,
también pronto entristecieron
y mustias se fueron marchitando
junto como fue cayendo la tarde,
sin destinatario y mudas quedaron en mis manos,
solo humedecidas por el rocío temprano
de la pasada húmeda mañana
y ahora por mis pesadas y salobres lágrimas...
no llegaste a la cita...la mitad de la banca,
en el aquel escogido paraje del parque,
se quedó esperándote, como esperando otra noche...
también parecía que lloraba porque
otra vez, otra noche más estaría vacía...
entre sus sollozos oía que me decía...
mi sueño de ansias e ilusiones soñado,
que se quedó entre las garras y púas
de unos matorrales engarzado,
hecho jirones y para siempre entre espinas desgarrado...
fueron los tantos miedos que en tu alma crecieron...
entonces, ya cuando el sol de la tarde se despedía,
pintando las nubes de tenues postreros arreboles,
cuando se oyeron los lobos aullar sus cantos lastimeros,
pareciera que comprendieran el dolor de mi alma vacía
y también acompañaran mi lamento
en esa tarde de infinita ausencia y tormento.

Angel Ignacio Chacón Aquino

No hay comentarios:

Publicar un comentario