lunes, 18 de marzo de 2019

CONSEJO


Esta vez te voy hablar, yo tu conciencia,
quiero dedicarte unas palabras
antes de que la vida se esfume
y no puedas escucharme.

Quiero aconsejarte que guardes
algo para este ser tullido de sin sabores,
de momentos, de instantes y de profunda insensatez.

Siempre mostraste la puerta de salidas a todos,
una posible solución al problema de otros,
menos al tuyo.

Te quitaste la comida
para darles a los demás,
siempre quisiste entregar todo
pero en algunas fallaste, no por malo. No.

Cuando te ofrecían dinero,
a sabiendas que no tenías, no lo aceptaste.
Siempre cargabas los reclamos de tu familia
en los bolsillos de tus pantalones.

Cuando se salían algunos reclamos,
te decían que no deberías andar con la misma ropa,
te tachaban de sucio y desarreglado.

Según tú, me anteponías como conciencia
y otros te decían que eras tonto,
que había que tener un poco de malicia.

Ahora que estás sin dinero, sin familia,
solo con la poesía,
porque las mañanas que no comías
te llenabas con aciago de palabrerías.

Ahora hasta eso no te da de comer,
no te llena, no te basta.
Te duele no retraer el tiempo
y el amor solo te obsequia el camino de la lucha.

El garrafón de agua lo tanteabas
e imaginabas que estabas en el monte.
Medias por raciones
los tragos que te proporcionabas.

La comida, engañas a tu cuerpo
con agua, con simulación
de estar en la guerrilla, incorporado.

Tu amor, al no ver a tu mujer e hija
o toda tu familia como tu madre
mantenías postura de emprender la retirada
y entregarte virilmente a la lucha.

Tus sueños, yo tu conciencia,
me tenías en insomnio permanente,
con tus preocupaciones, las averías
que pudiera estar sucediendo a tu gente.

Yo tu conciencia, te doy un consejo,
el único que queda como lucidez
de tu memoria y que para ti guardo:

Lucha, lucha hasta agotar la última gota de tu existencia,
Lucha por el amor, por los demás, por ti,
Lucha porque muchos como tú guarden tonteras,
sean sucios y desarreglados.

Porque en este mundo,
hay mucha porquería dentro de los hombres,
mucha ambición y deshumanización.
Faltan humanos y sobran hombres.

Yo tu conciencia
te agradezco el insomnio permanente,
en tu cuerpo hubo muchas carencias
para mantenerte fisiológicamente.

Pero me bañaste de lectura,
y con tu corazón nos distes satisfacciones,
Las más imponentes.
Las más hermosas.

Yo tu conciencia,
Te aconsejo que hagas trabajo
con los demás.
para que haya mucha conciencia,
y no bolsas de estiércol en la cabeza.

Misael García Consuegra.

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