domingo, 17 de febrero de 2019

CUCU, TRAS, TRAS


 “Lobo” que es como un cura pedófilo
O un “Sacamantecas”, hombre del saco
Se esconde detrás de una puerta
A la espera de que pasen
Una abuela con su nieta
Nieta de buen parecer, como Caperucita
Con nueve años, también.
Es devoto de san Cucufato
Y le reza con cierto asco gustoso:
“Que el cuerpo de esa niña
Se lo tiene que comer
Aunque, antes, haga malas tragaderas
Con la carne vieja de su abuela”.
“Lobo” no muda de pensamiento
Y quiere comerciar
Con ese lindo y joven cuerpo
Que a los curas les hace ver
Cuando besan los labios de una niña
A ese su Dios
Que les da salud y amparo
Como sucedió con Antonio Machado
Gran poeta de España
Y a Paul Gauguin
Pintor post impresionista
Que influenció a Picasso y Matisse.
Apenas pasa la nena
De la mano de su abuela
-Cucú, tras, tras
Asustándolas, les dice.
Y si la abuela le pregunta:
-¿Por qué hace usted esto?
“Lobo” le contesta:
-Estoy pasando hambre
De su nieta tan rebonita.
Contestándole la abuela:
-Usted es un mal nacido.
Si tiene ganas de Sexo
Ponga su nariz al pairo
Y, en la vía del tren, la cabeza.
Y, si quiere sobrevivir
Hay, en la ciudad
Pisos de citas
Donde se puede desahogar
Por una cantidad de dinero.
La nena que se ha asustado
Se ha puesto a lagrimear
Porque, en la Escuela
Le han enseñado
A amar a los animales y las plantas
Diciéndole a la abuela:
-Abuela, déjame tocarle el rabo.
-No, hija, no
Le contesta la abuela.
Por mi honor, que tu pureza
No la mancha
Un cabrón de lobo
Ni cualquier caballero mal nacido.
Pasaron de “Lobo”
Siguieron paseando la calle abajo
Con mucha satisfacción.
“Lobo”, por detrás, les hizo señas
Hasta las llamó.
Una joven, que por allí pasaba
Quedó admirada
Viendo a “Lobo” con cara de santo
Lamiéndose el rabo
Echando a correr ella, por si acaso.

Daniel de Cullá

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