domingo, 9 de diciembre de 2018

MEDITACIÓN DEL TIEMPO


Quizás no es él quien huye, yo me alejo
como quien va espantado de su vida.
Recuerdos truncos saltan del espejo
porque cada segundo se suicida

en este cuerpo al que no reconozco
filosóficamente. Caracola
infinita es el tiempo en que me enrosco
a mi anciano, a mi niño y a la ola

del día cuya noche luz se sueña.
¡Qué gozo da ser todo y no ser nada
y ser lo que no pueda definirse!

En este ahora muere la cigüeña
del antes, del después. No hay madrugada.
¡Qué parto más eterno este morirse!

Jorge García de la Fe.

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