TU ESENCIA EN MIS MANOS

Se refracta en la luz de mi armonía,
la ilusión del crepúsculo de fuego,
la inefable iridiscencia de mi ría,
en la boreal fulgido de mi ego.

Cuan mística lluviosa de los cielos,
los tintes conventuales de mi senda,
descorren la espesura de mis velos,
para verter en ti solo mi ofrenda.

Sin límite el destino conspirante,
fraguó en la inefable epifanía,
la aurora de un amor itinerante,
en el sollozo de eterna cofradía.

Y en el misterio infinito de lo eterno,
se crispan los mares y los ríos,
y la riada solapante del invierno,
despierta el soliloquio de sus fríos.

Tersa es la virtud de mi enramada,
ante el temor, amor mío, de herirte,
y la sombra oculta de voraz encrucijada,
pésame el desafío de mi corazón, abrirte.

Porque, amado y amante mío, hoy quiero,
ser la fiel depositaria de tu vida,
de virtud, nuestro amor es reverbero,
y tu alma limerente está en mis manos,
tu intelecto en mi fuente consabida.

Hortencia Aguilar Herrera -México-