domingo, 18 de noviembre de 2018

377


Los planetas se alinearon
detrás tuyo
y tú partiste.
¡Quién sabe qué pensabas!
Te fue llevando
esa carnal misericordia,
más fuerte
que las redes del destino,
no tejías, solo hilvanabas,
un cedazo enmarañado
en el torrente de tu savia,
que pugnaba
por salirse del camino.
Y con todo un mañana por delante,
me dijiste:
Es el destino.
No sé bien si lo forzaste
a mirar hacia otro lado,
sin notar
que la cornisa se angostaba
donde solo cabían tus pisadas,
Marca sin sombra,
descansando en la mirada
que hoy te busca,
entre los últimos vapores
de otros cielos
más húmedos que nunca,
en esta tristeza que te oculta
cada noche crepitando amenazante,
cuando aún te evoco en esta muerte
y te encuentro poblando mil silencios.

José Luis Gareis -Argentina-

No hay comentarios:

Publicar un comentario