ODA A LA IMAGINACIÓN

Husmeando por el diccionario,
a veces lo suelo hacer,
me topé con tres sinónimos que
retozaron entre una sonrisa pícara,
sobre lo carnal y el corazón.
Mirando hacía la vigilia de la utopía,
unas veces la veo rolliza, otras,
larga como llamarada de dragón,
también chiquita y juguetona
con sus cintas de color.
No sé cómo llamarlas ¿anhelo? No.
Más se asemeja a ensoñación.
Me invita a perderme en su cintura,
a derramarme por los pliegues
de su fabuloso rincón.
Si larga e inmensa aparece
como un río sin control… quizás
la compare con una ola
y sus crestas de algodón.
Más ¡ay si es chiquita y juguetona!
Es entonces cuando se agita mi habitación.
No es un agravio a la cordura,
simplemente es dejar volar
libre… toda la imaginación.

Juana Campos Cortés.