miércoles, 17 de octubre de 2018

EXILIO


Se ha reprimido su voz
cubriendo su blanco rostro
con un pañuelo empapado
en olas de agua marina.

Valentía y cobardía
se fundieron en abrazo
subyugando la locura
en brazos de la razón.

Los vientos huracanados
entretejían las redes
petulantes y mafiosas
apestadas de poder.

Los tiempos no son propicios
para cantar libertades
insensatas de cordura.

Las cuerdas de la guitarra
cubiertas por crespón negro
quedaron mudas también.

El árbol perdió sus hojas
la fuente se quedó seca
manos vacías de pan
y los ojos ya no lloran
detrás de los ventanales.

Los fusiles se han callado
la sangre cubre la cama
y la luna quedó en luto
a través de los cristales.

Mañana los dictadores
alzarán su brazo al cielo
y el poeta cantará
desde otras tierras lejanas,
con la alfombra musical
de bronce tocando a duelo
del bronce, de las campanas.

CARLOS TORRIJOS















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