sábado, 22 de septiembre de 2018

MI DAMA


Ceda un instante, mi noble dama
a una palabra de amor galante
que yo presentaré para ganarla
si es su gracia que quiera escucharme
y... aunque hoy ya sea tarde...
... más tarde, será mañana.

Permita a su siervo que humilde le habla
mirarle a la cara sin fingimiento
y pronunciar el verbo que tanto le daña
porque la ama... sin entendimiento...
pues comprendo que la razón se escapa
entre dos miradas que irradian el veneno
de ese deseo, que a veces se calla.

Dejé que mi pecho, aunque cobarde
por vos exhale el postrero aliento
que habita los sueños al desnudarse
ante los intolerantes que temen los versos
que trazó en su cuerpo con alma culpable
y no es razonable cuando la beso.

Ceda un momento a una mirada
sin otras palabras y en tosco silencio
mientras el tiempo nos sobrepasa,
el amor fracasa en los cementerios
y es un misterio de ideas paganas,
no sea ingrata porque la quiero
aunque no puedo ofrecerla nada
más que una palabra de amor sincero.

Luis Maria Saiz Laso

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