Entre tú y yo, amor, el espacio sobra,
fundidos en suave e interminable abrazo
aspiro de tu cuello tu conocido aroma
soy tuya desde el alba hasta el ocaso.
Aprendí contigo que sin remedio el amor
cuando nos toca, atrapa y enloquece,
entregamos la vida... y nuestro corazón
ya es del otro... ya no nos pertenece.
Unidos por un interminable beso,
caminamos juntos y nuestras manos
enlazadas frente a Dios y el universo,
le cuentan al mundo lo que nos amamos.
Así, como enlazadas están nuestros manos,
cada día, cada hora e instante que vivimos,
hemos atado el amor inmenso que nos damos
para permanecer como uno solo... unidos.
Isabel Domínguez Castro -México-
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