No escribo de arrebatadas pasiones,
que nacen y mueren entre sábanas.
Escribo de sentires
profundos, reales
que abrazan la piel y las manos,
de esos que anidan el alma,
de los que se quedan
para siempre,
porque siempre
es eternidad en el azul.
Ellos son mis motivos,
fortaleciendo razones.
Diana Portillo -El Salvador-
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