lunes, 13 de agosto de 2018

LA ESTRELLA MÁS LINDA


Se murió en mis manos
la estrella más linda.
Fue un níveo ramo
que llevó su vida.
Su brillo fue tenue.
Despacito su luz se apagó.
La oscuridad me envuelve.
De sueños y anhelos me despojó.
Ebrio camino cuan vuelo
de mariposas.
En alfombra de pétalos
mis huellas se posan.
Sus espinas me hieren
apenas me rozan.
Me llevan ansiosas
donde tú reposas.
Y mirando el universo
plasmado de rosas.
Lágrimas conjugo recordando cosas.
Tu voz, tu mirada, tus risas hermosas.
Esa fe y esperanza de una
historia preciosa.
Que quedó ahí.
Sin poesía y sin prosa.

Eduardo N. Romero -Argentina-

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