martes, 14 de agosto de 2018

EN AQUELLA SILLA DONDE NADIE SE SIENTA


Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes
cada instante: ni me envies suspiros con el viento;
ya hace mucho tiempo que vivo con mis poemas
y para escribir me invento aventuras
de piratas y bucaneros: que en esta isla donde vivo
en otro tiempo debieron ser cientos.

Lo sé, viví en el pasado y a veces me pasan factura,
ahora ya no bebo, sólo redacto poemas
y escribo libros que terminan siendo
pasto para que los ratones construyan su nido.

Y otros criminalmente olvidados..
en polvorientos cajones alados,
donde guardo la magia de las nubes de invierno
y una bruma arenosa de veranos difusos y perdidos.

Aún conservo aquel libro lleno de pétalos de rosas,
que guardaba en momentos mágicos;
que me habla de aquellas tardes cuando
te ponías desnuda tras las cortinas transparentes

Que yo sin querer-queriendo- observaba
tus pezones sonrosados, tus muslos tersos,
tus caderas fugaces y lo que no veía...
lo imaginaba, con esta fina imaginación mía...

Te dejaste olvidado o, intencionado un pañuelo rojo,
una blusa de encaje y unas pequeñísimas braguitas negras..
-que aún conservo en un bolsillo de mi chaqueta-
todo en aquella silla, donde nadie se sienta...

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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