martes, 14 de agosto de 2018

DESPACIO


DESPACIO llegaba;
hermosa, lentamente sutil.
Pálidamente dulce caía, iba cayendo sobre aquel cuerpo joven que, a intervalos se ruborizaba;
pero ella en su desnudez iba cayendo, como un pañuelo de amarilla gasa,
sobre mi rostro expectante, maravillado, igual al agua.
Cayó, símplemente llegué hasta aquel agua o rostro.
De tenue rosa, cediendo, se entregaba.
Y penetre en él, y se plegó dulcísima.
Todo había llegado, sucedido, como acontece lo maravilloso.
Y yo busqué sus párpados y la ola de su pecho, su elástica cintura,
y comprobé todas sus regiones.
Senti su cuerpo como una rama o tronco flotando por un río y a la vez gravitando,
porque ella ya se ha hecho como un lienzo de aire.

Che-Bazán -España-

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