domingo, 22 de julio de 2018

ÉSTE SIEMPRE FUE MI BOSQUE


Jamás me dijeron: el bosque está ocupado,
ni tampoco: el bosque está vivo, eso yo ya lo sabía;
que el bosque está ocupado, por los animales,
silvestres y por el ganado.

Yo siempre lo compartí con ellos en buena armonía,
en paz lo recorría cada día;
me adentré en él cada día para ganarme
su confianza y simpatía.

Porque era libre la entrada y era más fuerte,
más hondo, más viejo y más sabio que yo...
no me dijeron: que había una casita en la montaña
y un lago natural que la guardaba.

Tampoco me dijeron: que dentro de la casa
había una mulata que me necesitaba
para que en las noches oscuras y frías
la protegiera y con mi cuerpo la calentara.

Quien lo recuerde que lo publique:
nadie habita dos veces el mismo bosque,
pues casi siempre hay un pirómano suelto y malvado
que lo incendia y lo arrasa.

Ya lo demás queda para la leyenda,
que murió el cervatillo quemado, que la loba
perdió su camada, por el humo en la cueva del tajo,
que ahora todo está desolado y frío como el hielo...

Yo recobraré el perdón por haberme soñado,
pero éste fue mi bosque y aquí comí la miel....

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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