jueves, 19 de julio de 2018

ESE MAL DE CADA DÍA


Dónde vas mujer entre cipreses,
envuelto en un sudario
llevan tu cadáver.
Corres desnuda, todo te lo quitaron,
el corazón en las manos llevas.
Maltratada en vida fuiste
te despojaron de tu dignidad
pero un día dijiste ¡NO!
y así con su eco se fue tu vida

La luna desde lo alto te observa,
es luna de sangre, sangre
que a la tierra expande,
y como un remolino a todos salpica.
sangre sobre el tibio cae,
¿Quién para esto? Exclama.
¡Justicia y libertad!
Grita el justo a los cuatro vientos.

Crece y crece, es un río de sangre,
y como un torrente enfurecido,
va por las avenidas de la conciencia,
arrastrando todo lo caduco.

Brilla el sol en la mañana clara,
en los sepulcros a modo de homenaje,
las flores dan sombra a la inmolada.

Hay fulgor en los corazones,
hay risas en las habitaciones,
ya no hay lágrimas que ocultar,
ya no hay moratones que justificar,
duro será el periodo de ajuste,
para el hasta ahora intolerante.

Hay alegría y libertad,
¿Libertad? quien la puede
controlar farfullan los agoreros.
¡El respeto y el amor!
grita la vecindad.

Nace una nueva esperanza,
ya se fueron los días sombríos,
llegan los deseos liberados,
ya no hay calles oscuras,
ni portales siniestros.
¿Y penas? si, por los sueños rotos,
por el amor que ya acabó.
Y es que la vida…

Antonio Parrado -Barcelona-

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