jueves, 19 de julio de 2018

DESEOS


Desatado el deseo corrió la razón,
tormenta inclemente se llevó la
cordura, voló la inocencia en los
vientos de la intención, sin candado
reinaron los deseos, amenazando
revivieron la mirada cautivante,
inquietaron la respiración desnudando
las manos, afilaron los labios con besos
incendiados de ganas, atraparon
los suspiros lejanos con caricias
oliendo a saliva fresca.

Libre el deseo humedeció los labios,
lluvia brotando del paladar incitando
tus besos, provocando la rebeldía
de tus caricias, llamándote en silencio
a través del viento, tocándote en la bruma
de la tarde en complicidad de tus propias
manos, caminando vestida bajo tu sol,
desnuda frente a mi luna, destilando
miel sin saber por qué, es mi deseo
alocándote con granizo caliente.

Sin cadenas vuelan los deseo,
libres nos hacen presos sin derecho
de juicio, condenan mis caricias
en la cárcel de tu piel, sentencian
tus labios a cadena perpetua
en mis besos, víctimas prófugas
de la realidad pero no de la verdad,
abriendo la puerta de la mirada huimos,
cerrándola nos atrapamos y sin piedad
nos amamos, dejando huellas en los
recuerdos que aun esperan y sudando
los pensamientos que agitados
quedan suspirando.

Deseos que nacen en mi piel
y florecen en tus poros,
brotan en mi silencio
y reverdecen en tus suspiros,
despiertan como llovizna
en mis manos y caen como
tormenta en tu cintura, zarpan
con hambre de tu piel y quedan
encallados en el estero de tu
amor.

Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-

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